Reynaldo busca una reina: necesita una reina roja; se le acaba el tiempo y ninguna carta le sirve. - Muchacho, ¿ya revisaste la sesenta y uno? - A eso iba ahorita. Reynaldo apaga la computadora antes de que su jefe llegue a la oficina. - También poda la ochenta. Reynaldo toma sus instrumentos de trabajo, una pequeña pala, el rastrillo y las tijeras. Sale de la oficina en el momento en el que el viejo Eugenio entra en ella, dispuesto a sentarse y dormir en el sillón que Reynaldo acaba de desocupar. Este servicio social no ha resultado ser como lo esperaba Reynaldo: el trabajo es sucio y aburrido, casi no hay que hacer, nadie viene por acá nunca y el jefe es un viejo achacoso que cualquier día de estos se petatea. ¿Quién diría que Asistente de Laboratorio de Exobiología en realidad significa Jardinero? Llega hasta la sesenta y uno, una especie de cactus de otro planeta, su coloración va de un púrpura intenso al amarillo florecente en combinaciones sicodélicas. Antes de empezar el trabajo...
Un dia decidi escribir; tome una libreta y un lapiz. Otro dia me comprometi a ser escritor; compre una maquina de escribir. Despues me di cuenta que no podia seguir escribiendo en papel; me consegui una computadora. Ahora, no lo se; quiero mostrar lo que he hecho y lo que habre de hacer.