Humberto espera el último tren de la noche. sólo en el anden percibe sensaciones y sonidos ocultos por la multitud, ahora se hace evidente la brisa que viaja por el túnel, el maullido de un gato en la oscuridad, el repentino frió que invade la estación. A lo lejos se observa la hilera de luces del tren al dar vuelta y se enfila hacía la estación, a continuación se escucha el silbido del aire y el accionar de los frenos del convoy. Dentro del vagón Humberto viaja solo, sentado en la banca del centro, quizá sea el único pasajero en todo el tren. En la siguiente estación aborda un joven de aspecto enfermizo; el cabello largo, ensortijado, los ojos sumidos y una barba de una semana; sin embargo su modo de andar y de vestir no son los de un pordiosero. Se sienta junto a Humberto y lo aborda. ― Joven ¿Me compra un pedacito? ― No, gracias. ― Responde Humberto, pensando que le vende un billete de lotería. ― Ándele, mire, solo me quedan d...
Un dia decidi escribir; tome una libreta y un lapiz. Otro dia me comprometi a ser escritor; compre una maquina de escribir. Despues me di cuenta que no podia seguir escribiendo en papel; me consegui una computadora. Ahora, no lo se; quiero mostrar lo que he hecho y lo que habre de hacer.