El mesero sirve las bebidas sobre la mesa; antes de tomar su copa, Bernardo mira la mujer que tiene enfrente: Su cabello castaño, largo y lacio, su amplia sonrisa; su mentón afilado; sus senos pequeños que se asoman por el escote de su vestido negro. Sofía toma su bebida, lo que humedece sus labios. Bernardo desvía la mirada, algo ha llamado su atención al gran ventanal del centro de convenciones, y tras este, la pista del hipódromo aledaño; a lo lejos ve a los caballos en el arrancadero; “número cinco; Gallardo, diez a uno”. Regresa la mirada a su acompañante: no hace falta que vea el desarrollo de la carrera. ― ¿Dijiste algo? ― pregunta ella. ― Oh nada, solo estaba pensando en voz alta. ¿Sabes? Si estuviéramos en el lado contrario de la pista le apostaría al numero cinco, pocas veces tengo una visión tan clara de un ganador. ― Eso es porque la carrera esta arreglada. ― ¿En serio? Supongo que alguien va a tener grandes ganancias. ― Puedes av...
Un dia decidi escribir; tome una libreta y un lapiz. Otro dia me comprometi a ser escritor; compre una maquina de escribir. Despues me di cuenta que no podia seguir escribiendo en papel; me consegui una computadora. Ahora, no lo se; quiero mostrar lo que he hecho y lo que habre de hacer.