El Triunfo es la cantina de mayor tradición del rumbo. Durante algunas semanas estuvo clausurada, como suele estarlo con cierta regularidad. Nicolás caminó varias veces el cada vez más largo camino desde su casa para encontrar la cortina abajo y los ostensibles sellos de clausura. Esa tarde, con alegría la encontró abierta; tiene muchas cosas por hacer, pero en varias formas necesitaba regresar aquí: Cruzar la puerta vaquera, aspirar el aroma a cigarro, alcohol, detergente de pisos, sudor y pasiones. Se sienta en su lugar; la misma mesa en casi cuarenta años, apartada del barullo de otras mesas pero con vista de todo el establecimiento. Observa a su alrededor; no hay rostros conocidos, únicamente jóvenes imberbes que hacen sus primeros acercamientos al alcohol y a las mujeres. Se recuerda a si mismo, el día en que entro por vez primera a El Triunfo, junto con sus amigos del colegio, después de escapar de clases. Fue esa ocasión que encontró a su padre en la mi...
Un dia decidi escribir; tome una libreta y un lapiz. Otro dia me comprometi a ser escritor; compre una maquina de escribir. Despues me di cuenta que no podia seguir escribiendo en papel; me consegui una computadora. Ahora, no lo se; quiero mostrar lo que he hecho y lo que habre de hacer.