Ganadora del premio Nebula y del premio Hugo, "La mano izquierda de la oscuridad" de Ursula K. Le Guin es una novela de ciencia ficción, a la vez un tratado de sociología, psicología y filosofía partiendo de la premisa de una sociedad de individuos hermafroditas.
Escrita a manera de informes, diarios personales y narraciones independientes, cada uno de los capítulos nos brinda la visión particular de uno de los protagonistas, permitiendo confrontar esta visión con la de otro personaje y de esta manera Ursula K. Le Guin logra darles vida y volumen a sus personajes, le da credibilidad a su premisa y nos muestra una rica y compleja ambientación.
La historia inicia con los esfuerzos de Genli Ai, "el enviado", por convencer a los dirigentes del planeta Gueden para que se unan a la sociedad galáctica llamada Ecumen. Ai, de origen terrestre, lleva a cabo con paciencia su misión en una sociedad que lo ve con desden, pues pocos creen en su misión. En la imagen de Genli Ai uno encuentra muchas reminiscencias de Jesús, ambos son enviados ante un pueblo que no los entiende por un orden superior y cuyo destino es casi seguramente trágico. Los habitantes de Gueden son una mutación humana única en la galaxia, pues son sexualmente neutros durante la mayor parte del mes lunar; durante una semana entran en celo, un estado llamado Kemer, en el cual se desarrollan temporalmente los rasgos femeninos o masculinos indistintamente; por lo cual todos los guedianos pueden ser padres o madres varias veces.
Se especula que tal inadaptación le permite la supervivencia a la especie en un medio ambiente hostil, pues Gueden esta a la mitad de un ciclo glacial. Toda la sociedad, la arquitectura y la cultura esta influenciada por estos dos hechos: el invierno constante y la peculiar biología de los Guedianos.
La misión de Genli Ai se complica dadas las intrigas políticas y los códigos sociales que no domina plenamente; de tal manera que Derem Estraven, el primer ministro de Kahide, (el país que visita) es a su parecer una persona en la que no debe confiar, cuando en realidad él es el único Guediano que cree en su misión.
Como consecuencia de las intrigas palaciegas Estraven es desterrado al país vecino de orgoreyn donde vuelve a encontrarse con el enviado, quien cansado de no ser escuchado en Kahide prueba suerte en este estado de tintes totalitarios y cuya capital es descrita casi como una copia de Moscú, Kremlim incluido. Nuevamente las intrigas políticas juegan en contra del enviado, es arrestado y recluido en una granja de re-educación en una lejana región.
Estraven, quien intento advertirle del peligro, decide rescatarlo de una muerte segura.
Al fin libres los dos, deciden regresar a Kahide, y el único camino es atravesar el desierto helado con grietas, glaciales y volcanes activos.
En fin, al terminar la lectura de "La mano izquierda de la oscuridad" da la sensación de haber terminado una novela distinta que la que se empezó a leer; el desarrollo de los personajes se da al parejo que la trama, al grado de que al llegar al dilatado climax no solo se transforma antipatía por simpatía, hay una profundidad y complejidad en ellos que resulta difícil entender completamente las razones que los impulsan, incluso me atrevería a decir que esas razones dejan de ser importantes.
Mucho se puede especular acerca de la sociedad que nos plantea la autora y del papel del instinto sexual en la estructura social y cultural; lo que nos muestra es un pueblo con una extraordinaria paciencia y generosidad, en el que la violencia es un simple asunto de pasión y no una institución como en nuestra sociedad.
Por último, el titulo hace referencia a una frase de la filosofía Guendiana: "La luz es la mano izquierda de la oscuridad; la oscuridad es la mano derecha de la luz"; una interpretación a la dicotomía femenino-masculino, luz-oscuridad, bueno-malo, ying-yang; que en los terrestres es una dualidad y en los guendianos es una integridad.
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