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Mostrando entradas de 2015

LA MANZANA DORADA

Exactamente a veinticinco años de separarse, se reúnen los egresados de la generación 80-83 de la secundaría técnica numero 31.  Ese último día de clases se hizo la apuesta: En la reunión acordada para Junio de 2008 cada uno de los firmantes se comprometía a aportar un millón de pesos y aquel que demostrara haber logrado la mayor fortuna sería el acreedor de la bolsa. Veinte firmaron, comprometiéndose a reunirse el día citado; a la media noche del día treinta, solo cuatro se presentaron en el salón de un hotel reservado para tal ocasión. Por acuerdo de los asistentes se ajustó la cantidad para apostar en cien mil pesos. Así que en la pecera que colocaron sobre la mesa hay la cantidad de cuatrocientos mil pesos. ―Nadie más va a venir. ― Dice Javier mirando a su reloj de oro. ― Empecemos. A la mesa están Javier, Oscar, Sergio y Carlos; en ese orden hablaran de sus meritos para merecer el premio. ― Bien, después de que salí de la secundaria estudie dos semestres en la prepa

UNA MISION DE RUTINA

La máquina procesadora de alimento escupió por la boquilla una pasta blanca dentro del plato. Aron introduce un dedo en la masa y se la lleva a la boca: puré de papa.  Se sienta a la mesa, abre la panera donde hay dos pedazos, mastica la punta de uno para comprobar su frescura. Come con insatisfacción, al final pone el plato en el lavatrastos. Se presenta en el puente; se cuadra y recita el saludo oficial. ― Reportándome, listo para el servicio. La capitana  Gilda Moreau voltea a verlo alzando la ceja y responde: ― Descanse teniente. Aron se sienta frente a la consola de mando y empieza la revisión rutinaria de los sistemas. ― Todos los sistemas funcionando.―  Dice aron en tono solemne. ― ¿Alguna novedad que reportar?  ― Pregunta Gilda con cierto fastidio; se restriega los ojos, no ha dormido en toda la noche. ― El procesador de alimentos está fallando, solo sirve puré de papa; lo revisare en la tarde, señora. Gilda lanza un profundo suspiro. ― Mientras este

LA ILUSIÓN

Pasa del medio día y en el paradero frente al parque un hombre y una mujer esperan sentados el paso del siguiente autobús. La mujer mira al hombre discretamente,  le parece atractivo. De vez en cuando el hombre le echa nervioso un vistazo a su muñeca. Ulises se da cuenta que la mujer le mira, voltea a verla y dice con una sonrisa. ― Espero a mi hija. La mujer sonríe a su vez y se da cuenta que no había notado el ostensible reloj que lleva en la muñeca. En cambio Ulises se reprocha su falta de confianza. Si como teme, esta enredado en una madeja de mentiras, entonces debe dejar de engañar a los demás. El primer paso es la familiarización, la exploración. Debes conocer el objeto, su color y forma, su peso y textura, incluso el sonido que emite al rozar los dedos sobre él. Debes ser capaz de visualizarlo tal como es, sin necesidad de tenerlo cerca.  Claro que es posible, lo haces cada noche, cuando sueñas, así que puedes hacerlo conscientemente. Los autobuses pasan y los

APAGON

Te golpea sin esperarlo: La pantalla de la computadora queda oscura; la luz se apaga y la radio enmudece. Lanzas una exclamación y escuchas la reacción de los demás: van de lo obvio a lo inesperado. Permaneces en tu puesto de trabajo, con las manos cerca del teclado, en cualquier momento ―piensas ― la corriente eléctrica regresara. Tus compañeros se levantan de sus lugares y caminan hacia la salida conversando animadamente. Paulatinamente el silencio te envuelve, vas olvidando el trabajo y empiezas a divagar. Escuchas el cronométrico caer de una gota desde el baño. Por la ventana abierta entra el canto de un pajaro. La conversación de tus compañeros se aleja por el pasillo. Escuchas un automóvil acercarse por la calle y después alejarse. Algún perro ladra en la lejanía; no, no es un perro, son tres distintos que ladran a intervalos. Te inclinas sobre tu silla hacia atrás, provocando un rechinido familiar al que nunca le habías puesto atención. Te mueves para adelan